... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado

extínguete...

entre gritos de silencio, pero extínguete...

a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...


He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...

Desalejamientos y desacercamientos.

domingo, 18 de diciembre de 2011

La extraña experiencia de sentir que la distancia se acorta, se hace cada vez menos cercana, cada vez des-alejada, cada vez disminuyendo. La distancia es condición de posibilidad del acercamiento, lo que ya 'está-ahí' no tiene esa apertura fundamental para ser tratado desde la distancia. Por eso Heidegger trataba el problema de la distancia desde el punto de partida de la distancia, que es originaria, frente al momento del acercarse... el acercarse sobreviene luego de la comprensión, del habérselas afectivamente con lo desalejable.
Pero en este momento, sentir la distancia es terrible, en el problema del erotismo... en cuanto se puede hablar de acercamiento, ya es sólo un des-alejamiento, una certidumbre que sobreviene luego de una larga y prolongada incertidumbre. Sentir-se completamente lejos de forma originaria... pero también sentir cómo esas distancias se acortan, se aproximan, "el modo de ser del Dasein es la proximidad" bien decía Heidegger.... y esa proximidad es imposible sin esa distancia completamente precedente, que está allí, ya para permanecer, para nunca disolverse... ¡pues es la condición de posibilidad, porque es la apertura a la proximidad! No hay a-pro-ximación sin esa lejanía... y lo que está cerca, es aquello que está inmediatamente a la mano, no pueden ser los lentes... porque deben estar obviados en su condición de útil.
Pero ¡Qué pasa con la distancia de ese cuerpo amado! Originariamente lejos, constantemente desalejable, pero culminando en la distancia siempre. La distancia irreductible de un cuerpo y el otro, que es imposible de superar, que permanece a pesar de todo y contra la que se lucha en cada beso, en cada mirada y en cada caricia... la vida se siente ir en cada uno de esos intentos... por la lucha imposible... esa que Lucrecio llamaba La Herida mortal...

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