Siempre que uno diga nunca, está mintiendo. Cuando uno dice siempre, nunca dice verdad. Cuando decimos siempre, siempre estamos mintiendo. Cuando decimos nunca, nunca decimos la verdad. Es verdad, entones, que cuando uno dice nunca que uno diga nunca está diciendo la verdad. Y siempre que uno diga siempre, que diga siempre está diciendo la mentira, siempre es verdad. Entonces, también, nunca de las veces que uno diga nunca, que nunca está diciendo la verdad, es verdad.
Conclusión: ¿Qué cresta se puede decir?
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
martes, 14 de junio de 2011
Lo lamenta:
ira de Tifón
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en
16:15
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