La noche, es parte de un ciclo regular, de un modo del ambiente, del exterior, lo que no depende de nosotros. Lo nocturno, es una forma interior, de lo que no puede reducirse al ambiente, de lo único... y que a la par con la noche, no puede depender del sujeto. La noche no depende del sujeto, porque acontece afuera, es externa... lo nocturno, no depende del sujeto, porque es un acontecimiento plena y absolutamente subjetivo. Se desliga de la razón, de la reflexión y a veces, hasta de la sensación. La subjetividad se desnuda, se muestra independiente del tiempo, y se vuelve memoria y sensación, entremezclada, una. No hay más que la sensación-memoria, cuando acontece lo nocturno. Es la mezcla entre recuerdo y vivencia presente que logra abrir el ser a una manera propia, única de ser: la de lo nocturno. Lo nocturno es aquello que resiste toda forma de racionalidad fría, es un afectarse, es un volverse, es un sentir puro, una forma de acceder, de hecho, a las cosas mismas, en su forma nocturna. Es el hecho de que todo se haya inmediatamente frente a tu realidad, sin ningún tapujo. Todo se realiza y se desrealiza, de una forma única, en lo nocturno. Es un sentimiento, una forma particular siempre, irrepetible, inconstante, que se realiza en lo nocturno, que desrealiza todo aquello que le toca, que se muestra absolutamente simple, separada de todo lo demás.
Lo nocturno tiene una facilidad para aislar, para separar una cosa del resto; para ser íntima, absorvente y absoluta, porque no necesita más que una fijación, una figura, un contorno, o un contenido, una sustancia, una esencia. En ambos casos, la cosa es una sóla, es siempre única, siempre aislada, siempre simple. La condensación de la vivencia nocturna se debe a la forma del fijar, del contornear. Y es que lo nocturno vive en distracción, pero es que distraído puede fijar. Es que escribiendo borra y borrando escribe. Porque dice lo que calla, y ensordece lo que escucha.
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
domingo, 14 de julio de 2013
Lo lamenta:
ira de Tifón
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