... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado

extínguete...

entre gritos de silencio, pero extínguete...

a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...


He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...

...Alejarse del desarraigo

domingo, 27 de mayo de 2012

 

Completamente desarraigado había sido, más bien, me había quedado fuera de la tierra, me había esforzado por desarraigarme, por flotar fuera de los límites del mundo, por no apegarme ya a nada que no fuera nada...La Nada.
Me podía enorgullecer de vivir a partir del vacío, sus fuentes infinitas e inagotables que a cada gota me daban consuelo y en la que buscaba perderme a mí mismo, ser la nada yo tambien, viviendo con el vacío. Perderme completamente, para poder encontrarme realmente. Quería verme a la cara, quería tener un quién al que referirme en cada una de mis experiencias... Retrocedí del brote a la semilla desarraigada, vuelvo ahora al brote originario: el amor...
La angustia, esa angostura del respirar, ese esfuerzo infinito por el paso del aire a mi cuerpo, porque pase por mi garganta y llegue, por fin, a mi pecho y se sienta, para peor, insatisfecho por lo que respira. Esta angustia que me hace vivir en el detenerse de mis momentos, en esa constancia abrumadora de la propia inconstancia en mis actividades... Ser y detenerse, me resisto aun a asentarme completamente en la tierra que me pertenece, me resisto yo y la tierra se resiste. Soy semilla y soy brote, estoy brotando, pero mis contornos son duros y la tierra tiene sus dificultades para abrigarme en su cobijo. Estoy en el medio de ese salto inexplicable e imposible de la nada al algo. Es un algo, que tiene algo de nada, es un algo aun no determinado, soy materia, principio de arraigo, pero el desenvolverse de mi arraigo es doloroso, porque es consciente, es terrorífico, deliberado, placentero tambien... tan placentero que cada ausencia de placer, es una herida, es un dolor terrible a cada desenvolvimiento de mis raíces.
Cada paso, es ya rechazar la antigua bebida de la nada, y empezar a esperar, a recepcionar, a mostrarse abierto, a no ser más que un abierto, mostrarse desindividualizado. Ya no es un perderse para encontrar-se. No hay un alguien al que perder buscando y buscar perdiendo. Hay a quien buscar, hay a quien encontrar en cada una de los momentos, en cada una de las formas de desenvolverse de la vida. Ya se es algo, y se busca algo a lo que apegarse. Pero, no se es ya la nada, ávida de consuelo infinito, ni un algo, se está entre medio. Se es una nada que va a ser algo. Hay una determinación, un principio activo, y un principio pasivo ¡Pero aun no está la causa! Aun no está ese gran salto, y si está el salto, ese abismo entre la nada y el algo, aun no se ha franqueado. Aun no se deja de ser una nada, aun no se llega a ser algo. Aun no soy alguien, por más que me enfrente a algo y sea con alguien; pero tampoco soy el nadie que fui. No puedo ver con claridad cuál es mi situación, cuál de todos los inconmensurables caminos de mi alma estoy recorriendo, cuál de todas las aguas de río en que somos y no somos son las que tengo en mis pies, pero, lo que sí sé, es que sufro, ahora estéticamente, producto del capricho de autodestrucción; sin embargo, lo infranqueable de esta barrera, esa discordancia de tierra y semilla... que lucho por arraigarme, y me cobijan dificultosamente, pero... aun no nos unimos, cuesta tanto... apreta tanto, angustia tanto la posibilidad en su desarrollarse, de desenvolvernos el uno con el otro... de llegar juntos a nuestro centro y alimentarnos de nuestros corazones.

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