... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado

extínguete...

entre gritos de silencio, pero extínguete...

a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...


He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...

Ansias de confirmar lo peor

domingo, 12 de febrero de 2012

Pensar en esos oscuros ocultamientos que se resisten a desocultarse, esos temas que al hablarse se resisten a la verdad, en que las palabras de salir, saldrían con la sangre de un raspado de gargantas y con las lágrimas de una revelación no deseada. Sí, quiero saberlo, quiero escucharlo en sus letras... me fascina la idea, es ridículo, pero sí, quiero saberlo, quiero tener la seguridad de que fui así como sé que fue, de que pudo haber sido de otra forma, pero aun así, fue así. Estoy aquí y quiero saberlo, me muero por saberlo, me retuerso en la cama, mis vísceras se llenan de oscura bilis, mi ansia por el saber, mi estúpida investigación destructora de yo's me lleva a esto.
¿Cuántos yo's caerían con ese conocimiento? ¿Cuántas palabras podría seguir musitando sin duda? ¿Cuántas veces tendría que resucitar para poder vivir la vida de nuevo, luego de un descubrimiento semejante? Y peor aun ¿Cuántos espejismos, cuántos fondos rotos de espejos que no reflejan voy a tener que levantar para ocultar la intensa transformación del alma en un momento así?
Quiero saberlo, pero también es imposible esperar honestidad de una situación así. De tan completa oscuridad es muy difícil esperar honestidad. Sé que preguntarlo, sería sólo motivar a que se cubra más la verdad con estúpidas quimeras sin sentido, producto de una consciencia completamente fragmentada y ansiosas de terapias de olvido y ocultación. Sí, fragmentos, me interesa saber esos fragmentos que faltan para completar la historia... mientras la historia aun vive.
Mi imperdonable deseo por esa verdad que no produce buenos efectos, mi búsqueda por ese fármaco es completamente un resultado del desequilibrio de este momento. La vergüenza, en esta Hora del Lobo, me cubre completamente de estas ansias estúpidas por descubrir aquello cuyo descubrimiento me haría tambalear en agonía. Comprendo ahora ese asqueroso episodio de identificación y conmiseración, tan extraño... y pensaba antes... tan fuera de la vía de la verdad...
Pero no. Esa identificación, ahora la encuentro aquí en frente, descubierta, por mis oscuras ansias de desentrañar una herida aun latente, aun en el tiempo vivido.
Finalmente, la verdad, las ansias más puras por ella, eran justamente lo que subyacía a esa asquerosa experiencia de identificación... Horrible consciencia ¿Cuántas veces me volverás a torturar con tu terror y con tus presentimientos desgarradores por lo peor?
Cada uno de estos descubrimientos es una nueva yaga en el alma, que contribuyen a que ella también se vuelva un fragmento, una pura ficción de partes múltiples que no se unen en nada. Que se unen en el descubrimiento de un sentido, que al ser descubierto, lo único que infunde es terror y no sabes en qué puede transformarte ese terror, más que en un fragmento.

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