Vivir la levedad húmeda de una fiebre que no te lleva al delirio es un acontecimiento extraño... piensas que en la ambigüedad de su constitución, medio ilusoria y medio real, en que no distingues la vigilia del sueño, y con ello, el deseo de su concreción se entremezcla la vitalidad con el tedio.
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
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