Verdades nocturnas y sólo verdades que se dan de noche son el contenido (si se le pudiera llamar así) de este espacio. Esas verdades que no tienen lugar ante la luz que desoculta, ante la lumbrera desaliñada de un máldito día de luminosidad que más vale aplacar con el sueño. Las luces de ningún día, lograrán esclarecer la oscuridad esencial de una verdad nocturna, madre de toda palabra incomprensible, frases crípticas y experiencias narradas desde la ficción, la ficción del sentido, por supuesto, la ficción de que subyace una esencia, una eidos, (¡un contenido!) a esa experiencia caracterizada, partida en su centro, para buscar su raíz y su caracter primordial... su contenido... en fin, es una quimera de día y una realidad de noche. Y de noche es una realidad tan sensible, inmediata, allí mismo en frente, que no puede ser evadida, acallada, silenciada por las vanas garras de la lógica. Ese es el gran principio... toda verdad nocturna transgrede los espacios de la significación, son expresiones completamente sinsentido, son transgresiones de los límites del lenguaje, pero son expresiones que guardan su riqueza ahí mismo, en su transgresión, en su profanación del lenguaje, en la palabra que no abstrae... y ese es el problema.
La verdad nocturna no puede darse en el lenguaje, pero sólo puede pasar a través de él, en su expresión. La oralidad y la escritura se alimentan la una a la otra, pero la escritura está demasiado gorda de oralidad... la palabra hablada, el sonido escuchado contienen una sensualidad tan inhasible en la escritura... Ese es el gran vacío, el silencio de la palabra, palabra escrita es palabra muerta a veces... pero de noche no. La palabra escrita aquí no es nombre de algo otro, contenido en el alma, sino que es el medio, es la expresión de ese contenido anímico... cada letra es una punzada nueva en el fondo de un espíritu resquebrajado por la vulneración del recuerdo. La escritura en una verdad nocturna, recurre al pasado, para hacerla una experiencia in pre-sencia... volverla al ahora (nun) del tiempo que corta el alma... y esa es su inconmensurabilidad, pues su presencia se da en la escritura y en la lectura... a lo más es una fascinación estúpida y medio-vacía de aquello por lo que se generó. Una verdad nocturna se da en la escritura y en la lectura se pierde más de la mitad de su esencia constituyente... y esa es la tragedia y la comedia de estas verdades, las que ocupan este ciberespacio...
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
sábado, 29 de octubre de 2011
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