escuchar el barítono de una pregunta que resuena constantemente en mi inconsciencia y en mi recuerdo... una pregunta ya no metafísica, sino que ultrafísica. Me han golpeado con una pregunta que responder no hice y que ya no puedo recordar puramente si la respuesta es sí o es no. Sí, el pasado, el recuerdo, se volvieron ficciones... la orquilla de la experiencia me ha llevado a pensarlo: jamás un recuerdo es un recuerdo de lo que pasó, así y sin más. Un recuerdo, también es un recuerdo de lo que quieres creer que pasó, es una versión arbitraria de un hecho, no una mera interpretación quizá, sino que la imagen de una imagen... el recuerdo de un recuerdo... y el olvido de un recuerdo, además del recuerdo de un olvido se hayan todos allí. Separar el problema del tiempo del problema de la memoria, es demasiado racionalismo deductivista dogmático para mí... El tiempo que se haya en esa tensión, ese phainómenon, se estremece escandalosamente...
El tiempo que estaba en mi consciencia, ya no está en mi consciencia de lo pasado, de lo ya sido. El tiempo, ahora, se haya en mi querer, en mi voluntad de mentir (le/me). No sé ya qué es recordar, si ya no es eso que los latinos llamaban el pasar por el corazón... no sé ya qué es olvidar si no es ese ocultamiento... ¡Y qué ocultamiento es este si no es olvido!
La relación entre el ocultar de mi consciencia y el revelar de mi cuestionamiento sincero...
En la rotunda y sincera repetición de mi pregunta en mi consciencia se haya eso que llamaremos una verdad ya no sólo nocturna, sino que la ambigüedad de un no-recuerdo que se resiste a ser llamado olvido... es la vergüenza la que me arrastra a estas complicaciones ontológicas, mi existencia ya no se haya en el profundo horizonte de la honestidad... asumo ya mi condición mentirosa, mi naturaleza al mentir, mi renunciamiento a la incondicionalidad de la verdad.
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Lo lamenta:
ira de Tifón
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Vacío...
en
16:51
por esa pregunta horrorizante que me negué a contestar...
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