Recuerdo que una vez, le vendí el alma a un compañero de banco, en ese entonces, creía que el alma no existía... pero hasta que la vendí. Luego de firmar el documento, me sentí extraño y luego de insistirle mucho, y llegando a cierto grado leve de desesperación, logré que me devolviese el alma por medio de la devuelta del dinero...
Ahora que lo pienso, esta anécdota muestra la historia de mi vida... pasé de perder el alma, a perderme en el alma...
... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado
extínguete...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
entre gritos de silencio, pero extínguete...
a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...
He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...
miércoles, 1 de junio de 2011
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