Vida Contemplativa...

Sentir que la extrema lejanía de los objetos jamás tocará mi ser, vivir en la imposibilidad de un cambio... del movimiento.
Ser, al desnudo: el sueño imposible.
Los actos son tan inferiores que el sólo hecho de pensar en alguno, ya es percibir en él su lejanía absoluta, su imposibilidad... eso es a lo que ha llevado la contemplación absoluta, rodando con el absurdo.
¿Absurdo?
Sí, el absurdo de aun tener la ingenuidad suficiente para pensar que se puede estar en el mundo, contemplarlo sin influirlo. Somos y no somos. El mundo nos hace, nosotros hacemos el mundo... negamos al mundo, el mundo nos niega; recordamos y olvidamos.
Pero ¿qué tanto absurdo hay en todo esto? Despues de todo, quién puede concebir la atormentadora idea de que podamos influir en el mundo entero, es como si pudiesemos pensar que ponernos a contar los números sería desordenar su organización... sí, sólo Borges puede pensar eso, pero en otro mundo, en Tlön, no acá.
La contemplación esa pasividad, esa templanza, ese espíritu retrotraido que pretende tocar el centro mismo de su contextura. Esa reflexión infinita, que jamás logra descubrir los confines del alma, por más que lo intente por todas las vías posibles e imposibles de explorarla.
La contemplación y el sabio están muertos en esta era...
Esperaré algunos eones más, hasta que pueda volver a aparecer...

.•Hliðskjálf•.