..............................XV
No es el cuerpo de Dios lo que medito,
ni su faz de misterio lo que muerdo:
es radiante venero lo que agito
y beso fuertemente y gano y pierdo.
Este fulgor azul se me resiste,
pero por mi espadaña se resbala;
cuando ya asido, entre mi fronda embiste:
a dentelladas se me vuelve ala.
Sigo y persigo la llama divina.
Me ahogo siempre en agua divina.
Ciego me ciego de cumbre divina...
........................XIX
... Era yo Dios y caminaba sin saberlo.
Eras oh tú, mi huerto, Dios y yo te amaba.
Qué de palpar las cúpulas nombrándote,
hundiéndome en los palios del espacio,
zanjándote y orando,
acudiendo hacia tus tempestades.
Mi signo era: ¿te escondes o me escondo?
En largos funerales oyendo tus sandalias,
lamiendo y sollozándote, pero con vastedad.
Qué de palpar las cúpulas nombrándote.
Era yo Dios y caminaba sin saberlo.
Eras oh tú, mi huerto, Dios y yo te amaba.
David Rosenmann Taub
0 lanza en mi costado:
Publicar un comentario