... y como dijera Borges: a por la sombra de haber sido un desdichado

extínguete...

entre gritos de silencio, pero extínguete...

a ti te dedico el alfa y el omega de todas mis golgotas nocturnas...


He de sobrevivir a todo, aunque el hecho de morir en tus labios silentes, en tu mirada que no mira, en tu alma que no ama... me atrae más, quizá más que toda esta soledad. No importa: la arrogancia revertirá...

Costra...

lunes, 11 de octubre de 2010

 

La agonía ilusoria de una esperanza vacía me tomo...
Pero el tormento no llegó nunca, sólo serenidad...
No de la estoica, sino de la cínica...
Si, una cínica serenidad me ha tomado, ya puedo ver a todas luces que no hay nada que se adecúe a mí en este entorno. Sólo yacer sobre el suelo, esperar el momento de la revelación del vacío allí, inmóvil.
Ni siquiera recuerdos. El universo ya me logró olvidar. Alcanzé mi objetivo, pero me veo inconforme; así es la regla.
¿Qué decir?
No consigo sacar las amarguras que necesito. Quisiera ser el Moisés de Cioran, y poder sacar esas amarguras de las piedras... pero no es así...
Soy presa de una tranquila desesperación, proveniente de lo más profundo del averno infinito del vacío.
Ya ni siquiera la locura y la embriaguez me permiten mantenerme con vida... sólo muero a cada instante...
Ya llegué, soy el castrado imposible... No era tan imposible, parece...
¿Y ahora qué?...


Nadear

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